Hibernarse es el nuevo EP conceptual y multiformato de unas Fillas de Cassandra pletóricas que no dejan de experimentar, y que ahora reflexionan sobre el tiempo y su construcción social. Un llamamiento a la pausa necesario, concebido en este caso desde el folclore, el pop y la electrónica más delicada. En su última visita a Madrid, pudimos tomarnos un vino con María SOA y Sara Faro en Casa Cometa, en pleno corazón de Lavapiés, para charlar de significados, sensaciones y espacios.
¿Cómo están Fillas de Cassandra hoy?
S: ¡pensaba que nos ibas a preguntar por qué nos llamamos así! (risas).
M: ilusionadas, cansadas, diría que 50/50. Dejémoslo mejor en: ilusionadamente cansadas.
Una de las excusas de estar aquí es actuar en El día de los museos.
M: nos apetecía mucho formar parte de algo así ,además, y estar con tantos artistas que estarán en el Reina Sofía.
S: es una propuesta brutal, y a nivel cultural en general, poder estar presentes y acercar el galego a ese espacio… Es una pasada poder ocuparlo de esta manera.
Cuáles son las sensaciones a toro pasado de este EP Hibernarse.
M: se dan muchas sensaciones diferentes con respecto a nuestro primer trabajo. Son sensaciones nuevas. Es un trabajo mucho más minucioso en cuanto a la producción. Hicimos los cuatro temas con Amit Kewalramani y con Greta Ch’aska, y fuimos conscientes de ese salto. No me gusta decir de calidad, pero es una evolución evidente. Nuestro primer disco era más populista, en el mejor sentido de la palabra.
S: también es verdad que en aquel momento eramos unas desconocidas. Esta vez existía cierta expectativa sobre lo que estábamos haciendo.
M: el caso es que la gente lo está recibiendo súper bien. Y de lo que más ganas tenemos es de tocarlo en directo, porque es donde mejor vemos la conexión con la gente. Se puede palpar.

El vuestro no es un directo usual, ya que tiene ese punto teatral que os eleva. No sé si valoráis cambios ahora.
S: intentamos transcribir todo ese universo de imágenes que generamos alrededor del EP, que no es únicamente música, sino que existen otros muchos palos que nos apetece tocar. Es un plano material para que la gente que lo vea pueda entrar en ese lugar de confección de un nuevo traje.
¿De la mitología griega, llega ahora el costumbrismo e incluso lo tribal?
S: es cierto que en Acrópole recuperábamos o dábamos voz a unas historias que ya estaban escritas. En esta ocasión estamos escribiendo nuestras propias historias, en la contemporaneidad. Ambas nos atraviesan de una forma muy íntima, pero lo hacen desde lugares muy diferentes. Creo que igual te da esa sensación de costumbrismo porque hay algo en lo artesanal que no deja de ser costumbre.
M: queríamos plasmarlo en todas sus esferas, partiendo desde el tiempo y desde los procesos artesanales.
¿Por qué el tiempo?
M: ¡porque pasa sin parar!
S: pasa por dentro, por arriba por abajo (risas), nos pasa por todas partes. Entonces quisimos que estuviese presente el tiempo como prisa, como imposición, como memoria y como futuro, como lo que está por venir. No solamente desde lo negativo, también desde todas las cosas positivas que el tiempo trae también consigo.
M: y de momento estamos en ese reclamo de esa pausa. Si hablamos de algo en estos dos años fue precisamente de aprovechar esos tiempos, algo que se extiende a cómo se fue construyendo este EP: en la furgoneta, en las pausas de los conciertos, en los momentos de soledad…

Apenas dos años que parecen un mundo, muy en paralelo con una escena galega en plena eclosión.
M: todo fue muy rápido, pero también muy orgánico y, por ello, lo sentimos como un proceso tranquilo. Es cierto que cuando frenas y te recuerdan ciertas cosas, te parece que fue ayer y, al mismo tiempo, te da la sensación de que ha pasado toda una vida de por medio. Precisamente creo que necesitamos parar para poder valorarlo. Y sí, teníamos mucho miedo (yo tengo todavía un poco) de parar y a ver qué pasa. ¿Cómo nos sentimos? Al ser dos es más fácil, y sería ideal sentarnos y hablar de las cosas que nos pasan, de las anécdotas. Dedicarle tiempo a estos dos años, qué pasó, porqué pasó así, hacia dónde vamos.
Los artistas tienen miedo a parar en general, incluso por si los olvidamos.
S: ese fantasma está detrás de algunos temas, sin ir más lejos del propio Hibernarse. Existe una imposición que acabas haciendo tuya de estar siempre presente, siempre generando contenido, como si tuviésemos que estar todo el tiempo en la línea de salida para llegar ya mismo a donde sea. A nosotras nos despertaba de esto la idea de que preferimos llegar tarde que no llegar. No queremos que la música se transforme en un trabajo tedioso que tengamos que hacer. Para nosotras es otra cosa.
M: y una pausa no implica parar, es decir, solamente con pensar que podemos hacer las cosas con tranquilidad, podría ocurrir incluso que tengamos listo un disco en dos días sin proponérnoslo. Pero debe nacer de tener ese tiempo y, como decimos en una de las letras: si me quieres, me vas a esperar, porque nosotras vamos a ser personas distintas a las que empezaron, y distintas serán nuestras decisiones, junto a las que dejamos de tomar.
Y habéis contado con un equipo de confianza en producción, mastering…
S: en esta ocasión trabajamos por primera vez en fotografía con Arancha Brandón (Arbricias), y con Greta, Amit y Brian (produ y master) ya habíamos hecho la canción de la película Soy Nevenka, Cuando nadie ve, u otras como d’Escarnio…
M: hacer un trabajo conjunto es diferencial, porque te metes en ese universo y te ves incluso reciclando cosas de ti misma en otros temas. Fue algo muy chulo compartir esto con ellos.
S: creas además un lenguaje común que no es posible generar solo con un single.
¡Y del concepto nace un fanzine!
S: siempre quisimos hacer uno. Con este trabajo incluso más porque había mucho material para un EP, que es un formato bastante pequeño, y gran parte se iba a quedar fuera de las canciones.
M: queríamos acercar ese material también a la gente. Por ejemplo, un setlist con las canciones que podían haber entrado y al final no, letras que se quedaron ahí…
S: y cosas que simplemente nos inspiraron para hacer las canciones. Queríamos enseñar a la gente qué había dentro de nuestras cabezas cuando hacemos un proceso de composición. Entonces ahí se genera una diversidad de cosas chulas.

Hablemos un poco de Quebrantarse.
S: tiene una melodía quizás más pop que el resto. Es variopinta.
M: se encontraron por una parte el Romance del Comandante Moreno, que nos lo enseñó Adrián Méndez (que puso las gaitas) y esto nos llevó directamente a la memoria histórica de las informantas, que es algo que escuchamos a Severina Murias, que era una mujer que canta el romance durante siete minutos sin olvidarse de nada; y la historia más personal de uno de los abuelos, que se encontró con su mejor amigo en bandos diferentes. Esa conversación que tuvieron antes, también llegó a nosotras y tuvimos que meterla. Y también incluimos unos versos de Lorca como símbolo fundamental.
S: de repente un día te das de bruces con muchas informaciones y cosas que parecen estar destinadas a cruzarse y ponerse en común justo en ese momento.
M: no estamos tan lejos, además, de esos años de guerra y es un reclamo de que esto puede pasar y tu tiempo puede dejar de ser tuyo.
Y a partir de este punto, ¿qué pasará?
S: ahora estamos trabajando intensamente para ver de qué forma llevar al físico, al público, este trabajo musical. Lo de las plataformas digitales es algo muy abstracto. El EP está, pero al mismo tiempo no. ¿Dónde está esa música si no la cantamos? ¿Dónde está si no la compartimos? De ahí el formato físico. ¡Y tocaremos el 27 de junio en el MARCO!
