Son una de las grandes sensaciones de la escena underground del País Vasco y de la península (en efecto, Portugal incluído). No en vano, han actuado en Reino Unido, Francia o los Estados Unidos, y a su intensa gira de salas – contando también las de GPS – añaden su presencia en festivales como el Centolo Weekender. Pudimos charlar un ratito con Irune y Patri, de Airu, en los dominios de Oso Polita, sobre las canciones de YO NO SE NADA! NADA!!! y también sobre el camino, claro.
¿Cómo os trata Madrid?
Nos trata bien, estamos solo un poquito cansadas porque venimos de grabar los Conciertos de Radio 3, en los que estás repitiendo y repitiendo, pero grabarlo nos hace estar contentas. Es una experiencia guay pero rara, sobre todo estás haciendo lo mismo varias veces, y a veces repites cosas que has hecho bien, y en otras ocasiones no lo has hecho tan bien, te dicen eso “¡perfecto, esta toma nos ha gustado!” (risas). Pero es muy guay.
Hagamos un pequeño balance del nuevo EP (y sus remixes).
En general creemos que ha habido una buena recepción, y sí, la gente nota los cambios y nos los dice, claro. Nos trasladan cosas como que es un trabajo más variado en lo musical, aunque sinceramente, creo que también lo era el disco Con lo bueno y con pena (2023). A lo mejor, al ser menos canciones, esa sensación se puede hacer más evidente.
¿Quizás uno es más melódico y este otro es más cañero…?
¡Hay de todo! Siempre con la idea, además, de experimentar. No es algo que hayamos hablado, aunque sí hemos comentado alguna vez que, de cara al futuro, ir por un camino concreto estaría guay. Pero luego cuando te pones con ello, a lo mejor sale otra cosa al final. La idea de probar cosas siempre va a estar ahí, porque si no, nos aburriremos.
¿Es un disco de vacaciones aunque haya salido en otoño?
Sí, claro. Pueden ser vacaciones de diferentes tipos, eso sí. Salió en otoño pero enseguida nos atropellaron las de Navidad, por ejemplo.
¿Y cuál es el leitmotiv que engloba todo?
Aunque luego cada canción habla de lo suyo, el global estaría en cierto modo unido al concepto del disco anterior. Es muy similar, con ese rollo bastante nostálgico, pero con su pizca también de rabia desde un punto naíf, y también con un poco de ironía, que no sé si es el adjetivo correcto, pero al menos sí es la idea de que todo esto no sea tan serio. Se unen así, son sensaciones. Este EP iban a ser dos, y no sabemos qué habría pasado con ese segundo. Tenía sentido así. También es verdad que a veces damos por hecho que si unas canciones salen juntas, tiene que haber un hilo conductor, y en realidad para nosotras, el hecho de que se hayan creado en un espacio de tiempo similar ya es motivo suficiente para considerarlas como un todo.
Hablabais de nostalgía, y está muy presente esa melancolía, en Airu y en toda vuestra generación de artistas.
Somos melancólicas en general (risas), y esta forma de ser destaca de forma natural en las letras. Al final (Irune) tiendo mucho a idealizar el pasado, aunque no fuese algo increíble. Lo típico de “Ay, cuando hacíamos esto o lo otro…”. Me pasa, y se ve reflejado en lo musical de igual forma que los gustos que tenemos. Las guitarras más reverberi-
zadas, el chorus, etc, te llevan a un ambiente mucho más etéreo, de sueños, y con esa ilusión por volver a algo anterior. Lo mejor es eso, que sale de forma natural.

Cuánto cuesta desde vuestra posición llegar al resto del país.
Pues lo cierto es que igual estamos tocando más fuera que en casa. y precisamente en la actualidad estamos trabajando en esto. No sabemos muy bien por qué ocurre, si es porque desde un principio empezamos a tocar más fuera que aquí… que lo cierto es que cuando eso sucedió, en Bilbao se empeñaron en que también teníamos que tocar en la ciudad. Se genero un mayor interés. En general la música está cambiando en muchos sitios, y no hablamos solo de nuestro estilo. Se está abriendo además una puerta muy interesante en espacios, en sitios autogestionados.
Hay ejemplos similares, como Mourn.
Las cosas han ido surgiendo: la oportunidad de tocar en EEUU se dio gracias a una convocatoria de la que salieron varias fechas, en concreto dos festivales. En cuanto a todo lo demás, es cierto que no quisimos tirar a todos los palos, concentrándonos en Francia y en el mundo anglosajón. Aquí también entra ese plus de suerte, claro. Antes de entrar en Oso Polita, nos apuntamos a ocho mil convocatorias, y lo de Estados Unidos surgió después de tocar precisamente en una de esas, en Viena. Lo de Francia se dio gracias a nuestra oficina y a Wapa (@wearewapa). La idea en este sentido es volver el otoño que viene, de hecho.
Os vais a hartar de tocar este año, a lo tonto.
Será algo muy intenso ahora en abril y en mayo, con dias seguidos tocando, sobre todo para aprovechar los viajes. Por ejemplo, estaremos en Córdoba (GPS*) el 11 de abril y en Murcia el 12, o en Vigo el 30 de mayo y el 31 en Pontedeume (GPS*). Francia será en otoño tal y como decíamos, e Inglaterra. ¡No queremos coger el Eurotunel! (risas).
Nos fascina la canción Jugando a que hay algo aquí, por cierto.
Pues inicialmente, si no recordamos mal, iba a ser un descarte, o al menos tuvo las papeletas. La idea con esta canción al principio era la de una guitarra y una voz más popera. En aquella época yo (Irune) no podía dejar de escuchar a Verde Prato, que tiene varios temas con beat reggaetonero, pero que no son reggaetón, y me apetecía copiarlo un poco. Lo sugerí a la banda, lo probamos y quedó así, como muy diferente.
También entró Anegauta, la versión de TOC.
Es un grupo referencia, de hecho la solemos tocar en directo. Un día un amigo nos dijo que porqué no la grabábamos, y nos pareció buena idea. Les avisamos, les pareció algo guay y la grabamos.
Hay una evolución notable como banda, y no sé si pensáis más allá en este sentido. El hacia dónde.
Antes reflexionábamos sobre estas cosas. Hemos trabajado un montón y estamos viendo ahora los frutos. Lo de EEUU fue un hito muy ilusionante y fue el resultado de mucho trabajo anterior. Si seguimos así, surgirán más cosas y la evolución será más evidente. El objetivo siempre va a ser tocar más por encima de todo. En cuanto a los procesos de composición, quizás no está claro si vamos a hacer un estilo al 100%, pero sí que nos apetece hacer canciones con un beat más rápido. No es que no vayamos a hacer canciones lentas, porque si surgen se harán, pero queremos hacer cosas que tengan más dinamismo de cara a los directos. Nos apetece pasárnoslo bien. Encima nos invade a veces eso de “va, no les vamos a aburrir”, y eso conlleva que el setlist esté lleno siempre de canciones más rapidas. Que luego la gente se anima igual y hace pogos, como en Portugal, que están muy locos allí. Es cierto que cerramos con las más rápidas, que también suma. Hablando de esto, el público de Estados Unidos es muy atento. A los españoles nos gusta mucho hablar en los conciertos, por desgracia (risas). Es terrible en esos eventos que a veces son gratuitos y la gente está hablando súper alto mientras tú estás tocando una canción súper triste. Cuando escuchas ese barullo de fondo… En Francia tampoco pasa, pero bueno, hay excepciones: en nuestra última vez en Madrid, la gente fue lo más.
