Quizás la de El Nido ha sido de las entrevistas más zen que hemos celebrado en los últimos tiempos, y dice mucho de lo que proyecta una banda que ha dado un paso adelante con La constancia, un álbum que va más allá del folk, que se abre al gran público y que insufla oxígeno musical a un panorama de vértigo. Compartimos unas buenas cerves en pleno barrio de Lavapiés a pocas horas de que el disco estuviese disponible en plataformas.
¿Qué se siente en estas horas previas?
La sensación general de la banda es de alegría. Es un disco que nos ha supuesto mucho trabajo, mucho tiempo, y en él hemos puesto mucha carne en el asador, además de cosas que nos definen a día de hoy. Esos factores han cambiado, y muestran una banda al menos ligeramente a lo que era El Nido cuando lanzamos Refugios a cielo abierto en 2022. El oyente quizás no percibe los cambios, pero dentro de la banda somos conscientes de ello, al igual que hemos cambiado como personas. La forma de afrontar las canciones ha cambiado, la forma de experimentar con ellas, de abordar la temática tradicional, de abordar otras historias, narrar otras cosas… Evidentemente, la constancia es un paso adelante. Hemos trabajado desde otro confort, desde otro punto de vista y con otro cariño.
¿Qué es lo que más ha cambiado?
Cuando hicimos Refugios éramos una banda que estábamos arrancando. Éramos como unos hermanos que se empezaron a conocer para trabajar juntos. Desde entonces hemos recorrido un camino que nos ha llevado por mogollón de escenarios, con 150 bolos en apenas dos años, plazas, festivales, etc. y ,a su vez, nos encontramos con otros proyectos, con componer con otra gente. Esto hace que crezca la banda, nosotros con ella, y que seamos un poco más gustosos con las estructuras, que podamos ser escuetos en algo pero explayarnos en otras cosas… Es una amalgama de muchas movidas que hacen que esto pueda sonar a algo tradicional, a algo más experimental o incluso a pop rock en ciertos momentos. Ese es el punto en el que está El Nido a día de hoy y la realidad es que hemos sido muy honestos.
El entorno, al menos en lo musical, os ha acercado incluso más la tradición.
En parte sí y en parte no. Uno de los puntos clave en los que nos basamos es esa esencia folclórica, en el cómo retrotraernos y en cómo hacer que nuestras canciones pueden saber a plaza de pueblo. Es verdad que somos inquietos y nos movemos mucho en ambientes folclóricos en nuestra comunidad y en otras. Vamos a las quedadas porque nos encanta, a Villalar o a donde sea, porque nuestro circuito es el tradicional o, al menos, es en donde sentimos que pertenecemos en gran parte. Coincides, cohabitas los espacios y aprendes de ellos, te retroalimentas y te invita a explorar más.

Vayamos al proceso de este álbum.
Nuestro primer disco todavía nos flipa, y tiene todo ese influjo de Diego Galaz como productor. Nos sigue encantando y queríamos seguir trabajando con él. Es una persona de la que seguimos aprendiendo, nos sigue fascinando, y pasar ratitos con él es algo muy gratificante. Cuando le mostramos las canciones y empezamos a contarle cosas sobre el disco, él mismo vio que teníamos esa pulsión por seguir jugando, por dar pasos adelante, por explorar. Nos dijo “¡vamos a por ello!” y empezó a aportar ideas incluso más locas. Habiendo hecho también TUCUCU con Hevi, tratamos de repetir también. Hevi es un genio del que queríamos seguir aprendiendo y poniendo nuestra música en la mesa. Esa combinación ha hecho que la constancia fuese algo súper diverso. Eran dos variables de dos genios productores que han querido también con nosotros tirar hacia delante con sus expectativas en torno a la música tradicional. Por otro lado hemos currado en la mezcla con Lucas Piedra Cueva (Casa Talisio), y con Jacobo Naya en la masterización. Ya habíamos trabajado también con ellos y lo que hacen es espectacular. El álbum, por otra parte, tiene las colaboraciones de Neomak y a Rozalén, en su versión digital, e incluimos en la física la colaboración de Rodrigo Cuevas en TUCUCU, además de El Castañero (al término de esta edición ya está en plataformas) que os va a encantar (¡y sí, damos fé de que nos encanta!).
Cuando habláis del tiempo empleado en este disco, ¿de cuánto hablamos?
Lo fácil es decir que unos dos años aproximadamente, pero hay que tener en cuenta también que cuando empiezas a componer una canción, puede que esté formando parte de un momento que no es exactamente en el que estás con el disco. Es cierto que el EP Todo aire fue algo fortuito, en el sentido de que no teníamos en mente hacer un EP, ni mucho menos con esas características y colaboraciones. Pero se produjo el hecho de que hicimos una o dos primeras colaboraciones y nos pareció la hostia cómo cambiaban las canciones al entrar otros artistas, entonces nos planteamos seguir haciendo esto con la gente que nos apeteciese. Estaba al mismo tiempo en el aire esa idea de acumular material, grabaciones para más o menos 2025, pero tirando del hilo, y de haber hecho una primera sesión de grabación en febrero del año pasado, nos dimos cuenta de que lo que teníamos entre manos era mucho más de lo que creíamos cuando empezamos a grabar con Diego. No sabíamos cuánto podría abarcar, había de sobra para seleccionar y hacer algo bonito, y con toda la gira de por medio fuimos proyectando. ¡Hay un disco! Tenemos incluso decartes que están grabados, y eso que nos planteamos hacer un disco largo, pero por encaje está bien así, el resultado es redondo.
En las temáticas hay costumbrismo, hay celebración, verbeneo.
Consideramos que Refugios a cielo abierto sí que era un disco optimista, sensible. Tenía esa vibración esperanzadora, y el discurso, la narrativa, aunque era de recogerse, tenía esa dirección. Es verdad que este nuevo disco mantiene un poco esa energía, o al menos el discurso en ciertos momentos, pero es más atrevido. Puede saber más a verbena, gracias también a TUCUCU, aunque también tiene momentos de garra, de rabia. Entre ambas cosas, y el hecho de defender lo que hacemos en plazas, al final nos sale una energía más expansiva, más directa, más festiva.
Incluís una nana, Arrorró. ¿Es compatible con esto que decís?
Sigue la línea de la música tradicional, el disco entero realmente se vertebra sobre eso. Para nosotros, las nanas son los ejemplos más claros de la música como tradición, de esa que pasa de voz en voz. Siempre nos ha gustado hacerlas, y en este caso está en un punto clave del disco, un momento de calma, de sentarse y escuchar relajado, ya que todavía quedan por venir las dos canciones más fiesteras del disco.
Volvamos a las colaboraciones, en concreto la de Rozalén.
Rozalén es un puñetero sol increíble. Es una persona maravillosa, súper cercana desde el minuto uno. La conocimos en el concierto del Circo Price en enero de 2024, y al componer De corazón sentíamos que era de estas canciones que, de haber alguna colaboración, a María le pegaría mucho. Le venía al pelo porque tiene mucho de emotividad, y también algo desgarrador, y eso es ella también: te rompe por dentro con la emotividad. Se lo propusimos y ni se lo pensó, y la grabamos también en Casa Talisio, en Madrid. Nos quedamos, de hecho, todos a dormir en su casa, compartiendo ratos a gustísimo porque es una persona única, súper generosa y una intérpreste que buff. Ha conseguido que el resultado sea justo el que habíamos imaginado, o incluso mejor. Hizo esto de corazón, y es lo más bonito del disco, lo más catártico. Es pura entrega.
Contadnos qué supone presentar en el Palacio de Congresos de Burgos.
Es algo demasiado loco, y además nos liamos bien liados con esto. Era algo súper especial abrir en casa, y encima en un auditorio y para más de mil personas. Es una barbaridad para nosotros vender tantas entradas, es un auténtico desfase que una banda que hace folclore pueda conseguir algo así. Es algo único, ya que llevaba una escenografía que no podremos emular en ningún otro sitio, y a partir de ahí arrancamos una gira muy extensa. El 25 de abril presentaremos en Madrid, en la Sala El Sol, y este mismo mes estaremos en Ourense, Boiro, Mos, Villalar, Zamora y en el Sarmiento Folk de La Seca. En esta gira ayuda mucho también GPS y AiEnRuta.
