Revista Sold Out > Entrevista > «El disco es un regalo que hacemos a los Malmö de dieciséis años.» Malmö 040 (entrevista).

Son pura ilusión y naturalidad, y por mucho que buscamos, no encontramos nervios de ningún tipo en sus palabras y gestos. Malmö 040 se preparaban para dar lo mejor de sí en tres Rivieras consecutivas hasta los topes de fans, y pudimos colarnos en el backstage y en el escenario para que nos contasen qué sentían, y porqué es tan jodidamente bueno su último disco, Cuando éramos felices sin saberlo.

¿Cómo estáis en esta tesitura?

Muy bien, con muchas ganas. La primera noche en La Riviera fue increíble, de los mejores conciertos de Malmö hasta el momento, sobre todo en sentimiento nuestro. Y ahora vamos más tranquilos porque ya sabemos que todo va rodado, que todo funciona, que la gente conecta.

¿Os lo imaginabais? ¡Tres Rivieras!

Lo que nos tenía muy locos es el hecho de que se estaban vendiendo todas las entradas sin haber vendido el disco. La primera y segunda volaron en dos días, y esto fue justo después de tocar en el Jardín de las Delicias. Solo habíamos sacado el primer single, Los de siempre. No habíamos anunciado que lanzaríamos disco ni nada, entonces aun pudiendo intuir que algo se vendería, aquellos días flipamos mucho.

El Jardín recibe a mucha gente, pero esto está de igual forma muy trabajado.

El caso es que en el festival íbamos cagados porque tocábamos a las 17:30h, con el calor que hace en septiembre en Madrid. Pensábamos que no iba a acercarse mucha gente y nos sorprendimos porque no esperábamos la magnitud de aquello. Se llenó, no se veía el final, y todo el mundo cantaba, saltaba… Fue un hito que nos hizo creer e ir a muerte con las tres Rivieras.

Malmö 040
Fotografía: @bea11trice

¿Los nervios de estas noches, con disco nuevo, son más incontrolables?

Hay presión porque lo has vendido todo, si la gente compra las entradas después de que sale el disco, ya sabes que le ha gustado. Tienes la presión de dar la talla, de estar arriba, de defender lo nuevo como nunca. De inicio, el recibimiento, primero en Valencia y luego en Madrid, es muy positivo. En Valencia íbamos incluso con menos margen, una semana, y aquello fue increíble en las primeras filas. Pero claro, viendo vídeos de la primera Riviera te quedas flipado de cómo cantaba todo el mundo. La presión empezó ya en el estudio, porque esta primera fecha en Madrid se llenó con temas aún sin componer. ¿Cómo es posible? Ahí nos dijimos que teníamos que hacer el disco de nuestras vidas, y con la mano en el corazón, estamos convencidos de que esto es así. Orgullosísimos del resultado final.

Este disco es muy reflexivo, más vuestro, y se disfruta hacia fuera.

El disco es un regalo que hacemos a los Malmö de dieciséis años. Empezamos a tocar juntos en locales simplemente para pasar buenos ratos, precisamente cuando éramos felices sin saberlo. Es una dedicatoria a esos chavales que si vieran ahora todo lo que están consiguiendo, estarían alucinando y lo celebrarían mucho más de lo que lo celebramos ahora, porque el día, el trabajo, unas cosas y otras, hace que perdamos un poco la consciencia o la magnitud de las cosas que logramos. Así que esto nos anima a parar un ratito y pensar en aquellos chavales: “esto es por vosotros, porque os lo habéis currado”.

Conseguís cosas increíbles en paralelo a los logros de otros artistas amigos: Besmaya, Inazio, Vangoura, Hey Kid…

Nuestra escena está en un punto brutal, y entre todos hay mucho respeto y una admiración muy sincera por los proyectos de los demás. Nos flipa, por ejemplo lo que hace Inazio, porque lo que cuenta es verdad. Estos artistas cuentan cosas de verdad, vivencias suyas que todos terminamos haciendo nuestras, y en Malmö intentamos seguir esa línea. Sentimos una profunda admiración por Íñigo, por Besmaya, por Maren, por un montón de artistas que le ponen tanto corazón a lo que hacen. Es cierto que somos el único proyecto en formato banda, y no podemos estar más felices de eso. Que nos escriban bandas en desarrollo diciéndonos que les gusta lo que hacemos, que les inspiramos mucho. ¡Nosotros éramos esa peña escribiendo a Pignoise! Unos Pignoise que encima están ahora con nosotros. Antes nos decían que empezaron en el 2000 y ni habíamos nacido (risas).

¿Cómo surge una colaboración así?

En Malmö somos muy fans declarados, es una banda que ha marcado una generación y sus canciones son además espectaculares. En 2024 hicieron muchos festivales, coincidimos en bastantes y ya en el Cooltural los teníamos al lado y estábamos como con miedo, con mucho respeto de si saludarles o no. Al final nos acercamos, nos presentamos, hablamos de futbol incluso, que es el típico tema (risas), y nos caímos súper bien. Justo habíamos compuesto Cuando éramos felices sin saberlo (la canción), y al acabar la producción nos dijimos: ¡vamos a tirarles la caña! Nos fuimos a su canal en Instagram, les dijimos que queríamos hacer una colabo, que nos encaja mucho en una canción… Y antes de enviársela, ya nos habían dicho que sí. La canción no la habían escuchado, y fue algo brutal. Las voces, el vídeo, que estén en nuestras Rivieras tocando con nosotros Te entiendo. Es un sueño hecho realidad.

Malmö 040
Fotografía: @bea11trice

Hablemos de la producción y del currazo de Paco Salazar.

Fue una pasada, tanto en lo personal como en lo musical. Hemos disfrutado de las semanas de grabación, hasta el punto de que el último día de grabación deseábamos quedarnos por siempre. Estamos muy unidos, pero estas grabaciones nos han unido incluso más. Nunca habíamos grabado así, juntos, durmiendo fuera de Barcelona. Y con Paco, pues grabar con él y en Estudio Uno, con el ambiente increíble que hay alli (¡con los mejores cafés de Madrid además!), descubrimos una faceta nuestra que desconocíamos, que era disfrutar de verdad del estudio. Grabar un disco en Barcelona suponía estar yendo y viniendo. Uno llega, el otro se va porque tiene un compromiso… Ese sentimiento de unión en el estudio, de cohesión, no lo habíamos experimentado antes. Lo cual no quita la gran experiencia hasta entonces con Carlos Dueñas, también técnico de sonido, a quien guardamos un cariño infinito y un agradecimiento inmenso, porque es quien nos ha enseñado todo. Él produjo el primer disco, y nos lo llevamos de gira desde que Malmö es profesional, es decir, desde 2023. Tenemos mucha suerte de rodearnos de personas así de grandes. Es interesante el camino que hemos hecho en este aspecto, porque empezamos en Abuelita Estudios de Stefano Maccarrone y Dan Hammond, que confiaron en nosotros cuando teníamos 16 años. No teníamos ni maquetas y nos presentamos en el estudio vestidos con la ropa del colegio. Con ellos fue el voto de confianza, con Carlos lo profesionalizamos todo muchísimo, y con Paco ha sido un proceso creativo brutal. Como para no estar contentos con todos.

El focus track Llévame a casa es de lo más pegadizo de este trabajo.

Aquí hablamos de ese momento en el que estás fuera de tu zona de confort, y necesitas ese sitio al que llamas casa. En nuestro caso es nuestra compañía, la familia, nuestros amigos… Fue un tema que viajó muchísimo, de hecho, fue el que más se cayó en maqueta. No conseguíamos transmitir la idea increíble que teníamos en la cabeza para esta canción y aquí Paco hizo un trabajo espectacular. De hecho, fue la última que compusimos, en diciembre. Hubo pelea de si sería el focus track, había una lucha importante con 2058, incluso con ¿Por qué será?. Una cosa muy guay del disco fue el sano debate interno en el que vimos que nos gustaban todas las canciones. No teníamos descartables, y el disco en lo conceptual es perfecto si lo escuchas de arriba a abajo. A la hora de componer estábamos todos en un mismo punto vital nostálgico, con muchos inputs de gira y con nuestra vida, y necesitábamos volver a cuando éramos felices. Hubo una frase muy cierta que nos llegó y que decía: “hubo un día en el que era la última vez que chutabas la pelota en la plaza”. En general estamos muy felices con todo lo que nos está pasando y felices por toda la gente que nos rodea. Todo esto que vivimos es una bendición, merecida en el sentido de que hemos trabajado mucho. Llevamos ocho años juntos, desde los quince años hasta hoy y lo mejor es poder vivir esto así, como una banda.